Elogio del agua, Eduardo Chillida
Materia y espacio son los elementos con los que jugaba Eduardo Chillida a la hora de concebir sus piezas. Elogio del agua lleva la clara firma de su autor: la armonía y el peso de la obra contrastan con el gran dinamismo y la fuerza expresiva de esta pieza maciza sostenida sobre el agua. La encontraréis en el Parque de la Creueta del Coll de Barcelona.
Un bloque de 54 toneladas de hormigón armado se sostiene gracias a unos cables de acero sobre el agua de un lago del Parque de la Creueta del Coll de Barcelona. Se trata de una pieza maciza, hecha con un tipo especial de hormigón y con la técnica del encofrado. Esto permitió a Eduardo Chillida profundizar en el trabajo sobre la materia que tanto le interesaba. El resultado es una obra sólida y pesada, con una superficie rugosa que contienen una gran densidad. El otro aspecto con el cual juega el artista, más allá de la materia, es el espacio. El llamado "Arquitecto del vacío" hizo colgar la obra porque quiso que ésta luche contra la ley de la gravedad. La pieza se transforma en un bloque de dinamismo. La parte superior, definida por las líneas rectas y geométricas, se combina con una parte inferior cargada de curvas y concavidades en forma de grandes garras que parecen querer tocar el agua. Son estos elementos orgánicos los que se proyectan sobre el espacio abierto donde se encuentra. Efectivamente, al hallarse al aire libre dentro de un parque de Barcelona, esta escultura sobria pero con gran fuerza visual se ve modelada por la luz cambiante del día.
Elogio del agua es una de las obras maestras del autor vasco; obras con la cuales, según él, se acerca un poquito más a la inmensidad del cosmos.