Iglesia de la Concepción
Toparnos con la iglesia de la Concepción en medio del Eixample es descubrir un oasis de paz en el centro de Barcelona. Sin embargo, nos plantea un interrogante: ¿qué hace una iglesia gótica en el centro de la ciudad moderna? Si repasamos la historia hallaremos la clave de este enigma barcelonés.
Al lado de la antigua muralla barcelonesa, muy cerca de donde ahora se halla la plaza Urquinaona, se levantaba el convento de Santa Maria de Jonqueres, un precioso templo gótico con un magnífico claustro. A finales del siglo XIX la necesaria expansión de Barcelona hacía imprescindible derribar este conjunto arquitectónico. Sin embargo, las autoridades decidieron desmontar el convento y trasladarlo piedra a piedra desde su emplazamiento original, en el barrio antiguo, a la nueva área de expansión económica y demográfica: el Eixample.
La burguesía empezaba a habitar esta nueva zona y necesitaba una parroquia en condiciones. Ésta fue la reflexión que originó el traslado. El claustro, con dos galerías superpuestas de columnas estilizadas y arcos en punta bellísimos, es uno de los más grandes de Barcelona junto con el de la catedral y el del monasterio de Pedralbes. El conjunto se completó con el campanario procedente de la antigua Iglesia de Sant Miquel, que también tuvo que ser derribada para facilitar la expansión del denso entramado medieval de calles. Se añadieron más tarde en la parte superior del campanario, los pináculos y algunos elementos decorativos que le otorgan hoy ese aspecto tan peculiar. Elegante y discreta, la Concepció es todo un símbolo para el barrio.