Cascada y lago
Uno de los placeres que nos ofrece el Parc de la Ciutadella es un paseo en barca por el lago ante el cuál se alza la monumental cascada con Venus en el centro. Todo el conjunto nos dibuja un espacio de especial romanticismo, ideal para disfrutarlo a solas o en buena compañía.
Dicen que un joven Antoni Gaudí colaboró en el diseño de algunos elementos decorativos que forman parte de la cascada del Parque de la Ciutadella, como las rocas o los mástiles de hierro. Corría el año 1878 y Barcelona se maquillaba para la Exposición Universal que debía celebrarse diez años más tarde. Lo que sí es muy cierto es que la fuente es obra de Josep Fontseré, el arquitecto que se hizo cargo del diseño del Parque de la Ciutadella para aquella importante ocasión. La cascada nos abraza, abriéndose en forma de pinzas de cangrejo y a la vez actúa como escaleras, invitándonos a subir y a ver de cerca las esculturas que la culminan. Una vez allí arriba, en una terraza, se alza dominante el conjunto de la cuadriga de la aurara, en hierro forjado. Más abajo, una Venus de piedra se sostiene sobre una concha por encima de las plácidas aguas de la fuente.
Todo junto conforma un espacio de belleza clásica en el centro del Parque de la Ciutadella, y a su alrededor florece una frondosa vegetación propia de los jardines más románticos de Europa. Mecidos por las aguas en una barca o simplemente disfrutando del paseo, el visitante puede refugiarse del zumbido y el ajetreo de Barcelona.